En el último informe «Digital Economy and Society Index 2019 (DESI 2019)», Italia ocupa el puesto 24 (de los 28 países miembros de la Unión Europea, antes del Brexit) en materia de digitalización; cada país se evalúa sobre la base del valor de cinco indicadores que contribuyen a determinar su posición en «clasificación».
El indicador número 2 se refiere al «Capitale umano» y se divide en dos subíndices: «competencias digitales básicas» y «competencias avanzadas en TIC». En comparación con este índice, Italia ocupa el 26º lugar en la clasificación, por delante de las dos últimas, Rumanía y Bulgaria.
Una primera e inmediata reflexión es la siguiente: dada la importancia estratégica del proceso de digitalización, esta posición de «baja clasificación» de Italia no es absolutamente coherente con lo que cabría esperar de un país, cuál es el nuestro, que sigue siendo el séptimo en la clasificación de los países más industrializados del mundo y que en Europa está segundo detrás de Alemania, la locomotora de la economía europea.
Desde hace tiempo, somos muchos los que sostenemos que es necesario invertir más y más incisivamente en educación, con particular atención a la cultura digital, y quisiera subrayar la palabra «cultura» (que va mucho más allá de la enseñanza previa e importante de las prácticas en el uso de herramientas digitales) oferta económica, el uso ético y consciente de los instrumentos y, más en general, la importancia de tener en cuenta todos los aspectos, positivos y negativos, relacionados con el uso de este tipo de tecnologías.
A tal respecto, después de la celebración de los treinta años de la entrada de Italia en Internet, festejada en Pisa el 29 de abril de 2016 por el Instituto de “Informatica y Telematica del Consiglio Nazionale delle Ricerche”, me había propuesto escribir una carta a la dirección de la RAI para que prestara atención a una propuesta destinada a contribuir a la elevación de las competencias nacionales en materia de cultura digital y, en particular, de las de base.
Aunque con mucho retraso, envié la carta a las cumbres de la RAI en noviembre de 2017 en la que sostenía que sería muy útil y actual para la RAI, en calidad de Servicio Público, iniciar procesos de información/formación (no de carácter «académico», pero tampoco «banales/superficiales») destinadas a informar/formar al ciudadano de a pie sobre los instrumentos digitales, sus aplicaciones y potencialidades (y, por desgracia, también problemas derivados de su uso distorsionado y/o inconsciente).
A la vista de las intenciones, propuse la idea de titular como «Il maestro Manzi digitale», inspirándome en el Prof. Alberto Manzi que, como es bien conocido por los de mi edad, fue el personaje televisivo que en los años 60 dirigió el importantísimo programa RAI, «Non è mai troppo tardi», para enseñar la lectura y la escritura a un significativo número de italianos. En aquellos años, en efecto, el analfabetismo representaba una verdadera plaga endémica de nuestro país y, la idea de proponer una transmisión televisiva dirigida a reducir esta enorme brecha socio-cultural, contribuyendo al mismo tiempo a la unificación de Italia mediante el lenguaje, Fue un gran éxito que también cruzó las fronteras nacionales.
En la carta decía: «…. Hoy, más de cincuenta años después, otra forma de analfabetismo aflige a nuestro país: la falta de una difundida y consciente cultura digital. De hecho, como se menciona objetivamente en el Digital Economy and Society Index 2017, «Italia ocupa el puesto 25 (de los 28 Estados miembros de la Unión Europea) en lo que se refiere a la utilización de las tecnologías digitales por parte de las empresas y a la prestación de servicios públicos en línea, Italia se acerca a la media. En comparación con el año pasado, ha avanzado en materia de conectividad, en particular mediante la mejora del acceso a las redes NGA. Sin embargo, los malos resultados en materia de competencias digitales podrían frenar el desarrollo de la economía y la sociedad digitales…».
A distancia más allá de dos años de mi carta, en el octubre de 2019, se rubricó un acuerdo de colaboración entre RAI y CNR (representado del Instituto de Informática y Telemática de Pisa) destinado a trabajar en sinergia para contribuir al crecimiento y a la difusión de la cultura digital en nuestro país; la colaboración de hecho comenzó en febrero de 2020.
Y por eso, a principios de este año, por invitación de una emisora de radio local (Punto Radio FM), acepté idear y dirigir una emisión de radio semanal que titulamos: «Alfabeto digitale: Pillole di cultura digitale in compagnia di Mimmo Laforenza”.
La transmisión pretende ser una manera de hablar a un público generalista, con un lenguaje simple y directo, pero no banal, de todo lo que es el mundo digital, en sus variadas declinaciones.
La transmisión, que ha llegado al undécimo episodio, se ha dedicado a los crecientes problemas relacionados con la privacy en la red.
Ahora es común que los datos representan el «petróleo» del siglo XXI y, Internet, la Web, las redes sociales y los dispositivos digitales que utilizamos, a partir de nuestros smartphones, permiten recoger una enorme cantidad de datos personales, muy a menudo de manera totalmente inconsciente por parte de los individuos.
Estos datos, utilizados también para mejorar la calidad de los productos digitales que utilizamos, se utilizan principalmente para perfilar a las personas para derivar de ellos hábitos, estilos de vida, costumbres, preferencias, comportamientos. Todo ello con la intención concreta de obtener grandes beneficios económicos.
Aunque la importancia de la privacy parece ser, en general, todavía no totalmente percibida por las personas, algunos escándalos internacionales relacionados con la explotación ilegal de datos personales (ej. Datagate 2013, Cambridge Analytica 2018) han puesto de relieve estas problemáticas, tanto que la Unión Europea, en mayo de 2018, lanzó el «Reglamento General sobre la Protección de los Datos (GDPR)» que establece «derechos y deberes» en materia de datos personales.
Durante el episodio fueron ilustrados, de manera simple, los principales pilares de este amplio Reglamento, compuesto por nada menos que 99 artículos divididos en 11 «Jefes», que representa en su género un verdadero hito a nivel internacional y, En mi opinión, Europa tiene mucho valor.
El tema de la privacy también será objeto del duodécimo episodio, programado para el martes 12 de mayo p.v.
En resumen, como habría dicho el maestro Manzi: Nunca es demasiado tarde, …. también para empezar a usar la red, de una manera consciente».
FUENTE: FEDERPRIVACY