Ha sido revelado muchas veces que, en algunos centros de pruebas rápidos, los empleados recitan a voz alta los datos personales de las personas que han efectuado la prueba, al momento de recibir el resultado.
Esta práctica conlleva riesgos para las personas interesadas y viola las disposiciones del Reglamento General de Protección de Datos.
Algunas prácticas evidentes tienen que ser seguidas voluntariamente y no porque pueda ser impuesta una sanción, la Autoridad advierte los administradores de los centros de interrumpir esta práctica, a protección de los ciudadanos.